jueves, 29 de marzo de 2007

Trofeo Zamora en tres ocasiones


Ricardo Zamora fue otro de esos porteros que marcaron época, hasta tal punto que no tuvo rival en los años 20 y 30 ganándose el apelativo de 'El Divino' y dando nombre a un Trofeo que premia al portero menos goleado de la Liga española.

Un Trofeo que con el paso de los años lo han ganado los mejores guardametas de nuestra Liga: Ramallets, Sadurní, Eizaguirre, Acuña, Vicente, Iríbar y... por supuesto Arconada, dueño y señor de la portería de la Real Sociedad desde su debut hasta el día de su retirada.

Muchos años después de su adiós definitivo Luis Arconada puede presumir de ser el único portero de toda la historia del Trofeo Zamora que ha logrado el premio al menos goleado en tres temporadas consecutivas, a la vez de haber sido durante muchísimos años el que mejor promedio ofrecía: 20 goles en 34 encuentros (0,58 goles por partido).

Su primer Zamora llegaba en una temporada de triste recuerdo, aquella campaña 79-80 donde a la Real Sociedad se le escapaba la Liga en Sevilla en la penúltima jornada después de 32 partidos sin conocer la derrota. A la Real se le esfumó el título en el Sánchez Pizjuán, pero Arconada obtenía el amargo consuelo de ganar el galardón de portero menos goleado al encajar tan sólo 20 goles en 34 partidos.

Su segundo Trofeo Zamora era más dulce que el anterior pese a que el otro fue el primero, ya que a la alegría por ser el portero menos batido de la categoría se unía que el equipo donostirra se desquitaba de la temporada anterior al ganar la Liga en el último suspiro con aquel celebrado gol de Zamora en el Molinón mientras que los jugadores del Real Madrid celebraban por adelantado en Valladolid un título que nunca llegaría. Esa campaña Luis Arconada hacía doblete: ganaba su primera Liga y sumaba del mismo modo su segundo Trofeo Zamora al encajar menos de un gol por partido (29 goles en 34 encuentros).

Un año más tarde llegaba el tercer Trofeo Zamora y el segundo título de Liga. De esa forma Arconada entraba en la historia de tan prestigioso galardón al ganar por tercera temporada consecutiva, algo que ni aún hoy han llegado a igualar: tres Trofeos Zamora consecutivos. Esa temporada, la Real ganaba en el vetusto Atocha al Athletic de Bilbao por dos goles a uno lo que le daba su segunda Liga con el recordado Alberto Ormaechea en el banquillo, devolviéndole así lo que dos años antes le había arrebatado injustamente. Arconada encajaba 33 goles en 34 partidos, y eso le valía su tercer Zamora.

Con Arconada en la portería la Real vivió su época más dorada. Desde su marcha, nada volvió a ser lo mismo.

¿Casillas iguala a Arconada?


Casillas hace historia. Casillas iguala al mítico Arconada. Casillas como Arconada... y así podría seguir con una interminable lista de titulares en periódicos, emisoras de radio, televisión, páginas web... Todo porque el 'galáctico' Iker Casillas ha alcanzado a sus 25 añitos la nada despreciable cifra de 68 partidos internacionales con la camiseta de la selección española. Curiosamente hoy 28 de marzo ante Islandia, el rival ante el que Arconada batió el récord de internacionalidades del mítico José Ángel Iríbar al sumar su 50 entorchado internacional.
Conste que no tengo nada en contra del bueno de Iker, que en las ocasiones que hemos coincidido en viajes y concentraciones de la selección española, siempre me ha parecido un gran tipo: sencillo y con la cabeza bien amueblada. Pero del mismo modo me parece una osadía que se le compare con el que a mi entender ha sido el mejor de todos los tiempos: Luis Miguel Arconada.
La trayectoria de Arconada fue ejemplar pese a todos los peros que sus detractores, esos a los que que esa enfermedad llamada envidia no les deja mirar más allá, pusieron: que si la historia de las medias blancas, que si el famoso gol de Platini en la Eurocopa de Francia, que si el Mundial 82... En definitiva historias y más historias que para nada han podido empañar la imagen que la gran mayoría siempre tuvimos y tenemos del donostiarra.
Porque Luis fue, ha sido y es un hombre honrado; un profesional serio, entregado, de esos a los que sólo le podían unos colores: su amado blanquiazul de la Real Sociedad. El blanco de sus medias, el de la pureza de un portero profesional por los cuatro costados; y el azul del cielo, ese que sus más fieles seguidores tocábamos tan sólo con verle saltar al terreno de juego.
Porque Arconada era más que un portero genial. Arconada era único.
El otro día hablaba con su hijo, con Luis Arconada Junior, que tras hacer sus pinitos en el fútbol con Larrañaga como entrenador, supo aprender la lección de que sus mejores partidos no iban a estar precisamente como futbolista en un terreno de juego, sino frente a un ordenador como periodista contándoles como ahora hago yo sus inquietudes. Luis Junior me desvelaba la clave cuando hablábamos del título de ese libro que estamos preparando sobre la biografía de su padre, el más grande.
Me enseñó, que leyendas hay muchas pero Arconada sólo hay uno. Por eso me lleno de rabia cuando se entra en comparaciones, cuando parece que los años pueden hacer olvidar todo lo que alguien tan grande como Luis nos regaló con esos vuelos imposibles, con ese alarde de reflejos, con ese carácter que hacía que le temblaran las piernas a los delanteros rivales, con esa mirada ganadora con la que era capaz de fulminar incluso a Rocky Baloboa...
Porque Arconada era un portero completo, muy completo. Sí, Iker Casillas lleva una carrera importante, y a sus apenas 25 años ha entrado en la lista de porteros célebres de nuestro fútbol, pero aún le falta para traspasar esa frontera que hay entre los grandes porteros y los inmensos, los que, como Luis, han tocado el cielo. Iker sólo lo ha acariciado.
Casillas ha igualado a Arconada pero sólo en lo que a internacionalidades se refiere; en el resto el 1 sigue estando muy por encima. Cuando Arconada estaba en activo, la cantidad de partidos internacionales que se disputaban eran inferiores a las que se juegan hoy en día y a ello hay que unir que el ex guardameta de la Real Sociedad estuvo toda una temporada en el dique seco por culpa de una grave lesión de ligamentos en el primer partido de la 85-86.
Por si esto fuera poco hay que sumar el veto sufrido por el meta, primero en batir los records, por aquella época inamovibles, de Ricardo Zamora (46 partidos) e Iríbar (49 encuentros). Un veto del que nadie, a excepción de José Antonio Camacho, fue capaz de hablar. El ex jugador del Real Madrid y seleccionador español en el Mundial de Corea y Japón, otro ganador, fue rotundo en unas declaraciones realizadas a la revista Interviú. "A Arconada se lo cargaron los directivos de la Federación". Pero bueno de esa historia ya les hablaré otro día.
A Luis Arconada no le perdonaron ser el más grande ni ser el primer ídolo de la España futbolística, tanto que ni hoy, 18 años después de su retirada del fútbol activo le siguen machacando. Tanto que 23 años más tarde de aquel gol en la Eurocopa de Francia, se sigue haciendo mención del tanto, como hizo la pasada semana Tele 5, para hablar de un ¡España-Dinamarca! ¡Increíble!
Ese es el alto peaje que Luis Arconada ha tenido que pagar. Pero lo más triste de todo no es que haya tenido que abonarlo durante su trayectoria profesional, sino que tenga que seguir pagándolo 18 después de que nos regalara su último vuelo, ese que aún nos permite soñar con su recuerdo.

martes, 13 de marzo de 2007

Aquella tarde triste de Sevilla


Sevilla, 11 de Mayo de 1980. La Real Sociedad llega al Ramón Sánchez Pizjuán como líder con 50 puntos, uno más que el Real Madrid y con una envidiable condición de invicto: 32 encuentros sin conocer la derrota en esa inolvidable temporada 79-80.

Después de ese encuentro, una sola jornada separa al equipo donostiarra de hacer historia: de un lado poder terminar la Liga sin perder un solo partido, y de otro conseguir el título de Liga, algo impensable para un equipo humilde y formado exclusivamente por gente de la casa.

Las jornadas han ido transcurriendo y con el paso de las mismas, la Real Sociedad se ha ganado el respeto de todo el fútbol nacional, hasta tal punto que los que le colocaban en las quinielas como el equipo revelación ven como con el paso de los meses se va convirtiendo en el más claro aspirante a hacerse con el campeonato liguero sin que ni el super poderoso Real Madrid pueda frenar la euforia realista.

Pero fue entonces cuando apareció el Sevilla FC de Daniel Bertoni. El equipo sevillista con el internacional argentino como figura estelar frenó la racha de los donostiarras, cortando de la misma forma su récord de 32 partidos sin perder, y el sueño de llevar su primer título de Liga a las vitrinas de la Real Sociedad.

El conjunto easonense estaba cerca de acariciar la gloria, de escribir su nombre con letras de oro en el campeonato liguero; en definitiva, de hacer historia demostrando que los hombres están siempre por encima de los nombres. Un equipo sin apenas presupuesto estaba a un paso de desbancar al potente Real Madrid. Pero la hazaña se tendría que retrasar un año.

El sevillista Daniel Bertoni despertaba a la afición realista de ese bello sueño vivido durante toda la temporada, al marcar dos goles que con el tanto del donostiarra Zamora dejaba el marcador en 2-1, infringiendo de esa forma la primera y más dolorosa derrota a un equipo formado con gente de la casa, una plantilla humilde, con nombres que años más tarde se convertirían en grandes de nuestro fútbol: Arconada, Zamora, Satrústegui, Alonso, López Ufarte, Idígoras...

La suculenta prima ofrecida por el equipo blanco, (5 millones de pesetas de la época), apuntada por algunos medios de comunicación y que nunca llegó a ser desmentida, pudo más que el corazón de los donostiarras que abandonaban el Sánchez Pizjuán cabizbajos, con la moral muy tocada conscientes de que tras el triunfo del Madrid en Las Palmas (1-2) les alejaba de su sueño de proclamarse campeones de Liga.

La imagen de un apesumbrado Arconada, que lloró amargamente como el resto de sus compañeros, aún es recordada hoy pese al paso del tiempo. Ese 11 de mayo de 1980 gran parte de los aficionados al fútbol compartieron las lágrimas de Arconada y compañía, ya que la Real Sociedad se había ganado el cariño y respeto del fútbol español.

El Sevilla cortaba la racha triunfal de la Real Sociedad como invicto un año y doce días más tarde con la nada despreciable cifra de 38 encuentros sin perder: 32 partidos de la mencionada temporada 79-80 y 6 de la 78-79, récord que veintisiete años después sigue inamovible en favor de los de la bella easo. En la última jornada de aquella Liga 1979-80 el Real Madrid derrotó por 3-1 al Athletic de Bilbao mientras que la Real hacía lo propio (2-0) ante el Atlético de Madrid en Atocha; victoria que no servía para impedir que la Liga se vistiera de blanco por sólo un punto de diferencia.

Bastantes años más tarde, el 7 de diciembre de 2002, el sevillista Bertoni, gran artífice de aquel partido de triste recuerdo para los realistas, confirmaba (en una entrevista concedida al periodista de Marca Daniel Pinilla) lo que hasta aquel momento había sido un secreto a voces: El Real Madrid había primado al Sevilla para que ganara a la Real Sociedad. "La incentivación es algo que cuenta siempre para el que juega. Bueno, sí hubo un 'reconocimiento' del Real Madrid para que venciéramos a la Real de Arconada" señaló el argentino.

Luis Arconada nunca olvidará ese 11 de mayo, el día más triste de su trayectoria como jugador de la Real Sociedad de San Sebastián.

lunes, 12 de marzo de 2007

La leyenda de las medias blancas



¡Cuánto se ha hablado de las famosas medias de Arconada! ¡Cuántas tonterías se han dicho al respecto! Que si no quería llevar la bandera de España porque se avergonzaba de lucir los colores de la bandera nacional, que si era anti-español, etarra, que si estaba amenazado por ETA, que si la abuela fuma... en definitiva, un sinfín de tonterías en un negocio llamado fútbol del que todo el mundo puede hablar. ¡Vamos hasta un servidor!
Por eso les voy a contar hoy la verdadera historia de la conocida 'Leyenda de las medias blancas', las famosas medias que puso de moda Arconada y que dieciocho años después de su retirada siguen luciendo infinidad de porteros de nuestro fútbol, en algunos casos, como el del sevillista Andrés Palop, como homenaje al más grande de la portería española de todos los tiempos.
Luis Arconada nunca se negó a jugar con las medias con la bandera de España, y un ejemplo claro es que en muchas ocasiones llegó a hacerlo con ellas (como botón de muestra valga la imagen de la izquierda correspondiente a la Eurocopa de Italia de 1980).
La historia de esta manida 'leyenda negra' de las medias nos remonta al año 1982, año del Mundial disputado en nuestro país, con Valencia como sede de la primera fase del combinado nacional. En la previa del Mundial de España, el portero titular de la selección española pidió permiso a la Real Federación Española de Fútbol para poder jugar con las medias que habitualmente, por manía lucía: sus características medias blancas; petición a la que la RFEF accedió sin problemas.
Hasta aquí todo bien. La polémica comenzó después de una mala primera fase del combinado nacional que hizo que muchos 'oportunistas' colocaran a Arconada en el centro de las críticas convirtiéndole en muy poco tiempo de héroe a maldito. La selección, dirigida por José Emilio Santamaría, no estaba cumpliendo las expectativas creadas por aquello de ser el país anfitrión, y eso hizo que la gran mayoría decidiera practicar el deporte rey de nuestro país: quitar de la cima al que por méritos propios ha llegado arriba.
Arconada pasó de ídolo a diablo. Es cierto que no se vio al mejor Luis Arconada en el Mundial de
España, pero también lo es que tampoco disfrutamos del mejor Gordillo, ni del mejor Víctor, ni del mejor Zamora... ninguno de los internacionales estuvieron a la altura que de ellos se esperaba, y España pese a mejorar en la segunda fase se quedó en el camino tras perder 2-1 ante Alemania y empatar a cero frente a Inglaterra en el Santiago Bernabéu.
Fue entonces cuando comenzó la caza de un culpable: Arconada, al que se le tachó de no querer jugar con las medias de España, de fallar intencionadamente, de no atajar los balones... en definitiva, de no querer que la selección hiciera un buen Mundial. Incluso se llegó a hablar de una amenaza de ETA a Arconada, algo que posteriormente se comprobó que no era cierto.Un jugador recibió amenazas durante el Mundial, pero ese futbolista no era el portero donostiarra. Pero ese aspecto no importaba; el daño ya estaba hecho.
Incluso hubo quién pidió a José Emilio Santamaría, antes de confirmar si el guardameta era el señalado por esas amenazas, que quitara a Arconada de la portería a lo que el seleccionador se negó rotundamente, en un gesto que hay que aplaudir a Santamaría que dio muestras de una total confianza en su portero y capitán. Así se forjó la famosa 'Leyenda de las medias blancas' de Arconada que muchos provocaron para intentar crear otra leyenda, la de anti español.
Luis Arconada optó por el silencio, encajar estoicamente las embestidas y no entrar en polémica. Su forma de rebelarse era en el terreno de juego. El tiempo le dio la razón.
Muchos se quedaron en que no llevaba la bandera de España en las medias; pocos lo hicieron en que esa misma bandera nacional lucía en ese brazalete de capitán que lució desde antes del Mundial 82 y hasta su último partido en País de Gales. Colores representativos de España que también estaban presentes en las mangas de su camiseta y de su pantalón, pero claro lo fácil era hablar de las medias blancas. De algo había que hablar...
Con el tiempo, otros porteros que han defendido la portería de España (Zubizarreta, Cañizares, Iker Casillas...) han llegado a jugar en alguna ocasión con medias sin la bandera nacional y nadie alzó la voz para hablar de la ausencia de la bandera de España en las medias pero claro, no se llamaban Luis Arconada.

Casillas en un partido de la selección con las medias sin la bandera de España


domingo, 11 de marzo de 2007

De la Real de Arconada a la de 'Forrest Gump' Astiazarán


La herencia de 'Forrest Gump' Astiazarán comienza a dar sus frutos. La Real Sociedad, sí, aquel equipo histórico que a finales de la década de los 70 e inicios de los 80, enamoró a toda España con su trabajo de equipo, humildad, y por su filosofía de futbolistas marca de la casa... está a un paso de dejar la máxima categoría del fútbol español.

A un sólo pasito de pasar del cielo al infierno. De pasar de los dos títulos de Liga, aquella histórica Copa del Rey ante el Atlético de Madrid, su récord de imbatibilidad que tan sólo pudo cortar una suculenta prima merengue... a una Real de Segunda división, otro grande en las tinieblas. ¿Motivos? ¿Culpables? Como el famoso anuncio que está arrasando en televisión... "Que levante la mano el que ha llevado a la Real Sociedad al infierno".

Muy bien señor Astiazarán, eso es tener iniciativa, ser sincero y asumir las culpas. Porque ¿es usted quién ha levantado la mano verdad? José Luis Astiazarán, ex presidente de la Real Sociedad hace un par de temporadas, y actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional (nadie ascendió tanto con tan escasos méritos) otorga el galardón de haber desbancado al 'tonto' más famoso de toda la historia del cine, el entrañable 'Forrest Gump' que espero sepa perdonar mi atrevimiento de compararle con tan singular elemento y 'galáctico' de las finanzas. Déme usted dinero que yo le enseñaré como gastarlo sin que nadie sepa donde.

Astiazarán cogió las riendas en una Real Sociedad con superávit y en muy poco tiempo lo ha convertido, con su pésima y extraña gestión, en una entidad deudora, con grandes problemas económicos y entre los líderes de los clubes en números rojos de nuestro fútbol. Pero no contento con ello, dejó a la Real al borde del abismo, su nueva víctima (la LFP) también atraviesa momentos delicados, hasta tal punto que los amigos de El Buscador están investigando si era el propio Astiazarán quien llevaba los mandos del Titanic.

¿Qué pensarán gloriosos como Arconada, Satrústegui, Zamora, López Ufarte, Idígoras, Alonso... (aquellos nombres que escribieron las páginas más bellas de la historia realista) de la actual situación del equipo txuri urdiñ? ¿Qué ha sido de esa entidad seria y bien dirigida que durante muchos años fue ejemplo de gestión y estructuras deportivas? ¿Qué ha ocurrido con ese equipo que fue reclamo de los grandes que veían como ni sus grandes presupuestos le permitían hacerse con el fichaje de gente como Arconada, Zamora o Satrústegui?

¿Qué ocurrirá a partir de ahora? Muy fácil, mientras que esos jugadores históricos, esos mitos de carne y hueso que impregnaron de sudor y orgullo su sentimiento blanquiazul sufren con dolor una situación que parece no tener solución, los grandes culpables de este triste presente e inquietante futuro se han apresurado a salvar su culo sin echar la vista atrás, en busca de otro sueldazo o el euro millón que le permitan asegurarse una jubilación cada vez más cercana sin importarle los corazones heridos en el camino; esos corazones txuri urdiñ que aguantan con entereza y gallardía la impotencia de ver como el enfermo está en fase terminal.

¡Aupa erreala!

jueves, 8 de marzo de 2007

El más grande



Los años han pasado pero hay algo que sigue intacto, igual que aquel día en el que Luis Arconada saltó por última vez al césped del vetusto Atocha para decir adiós a su querida Real Sociedad. Han pasado los años pero su recuerdo es grande, muy grande, tanto que no ha habido todavía un portero que haya sido capaz de repetir o emular aquellos vuelos interminables donde el tiempo parecía detenerse para el uno, el gran Luis Arconada.
Si es cierto aquello de que los recuerdos son aquellos que siempre nos mantienen vivos, incluso después de la muerte, Luis estará siempre vivo, porque su recuerdo sigue intacto en millones de niños que como yo soñábamos ser un día Arconada. Millones de niños que aún hoy, con ese juez infalible que son los años, sobre todo en un mundo tan injusto y cruel como el del fútbol, siguen colocando a Luis Miguel Arconada Echarri en lo más alto del escalafón de los grandes porteros que ha dado el mundo del fútbol.
Porque Arconada consiguió ser el número uno en una época donde el precio de ídolo era demasiado alto, algo que hoy no ocurre; basta que hagas un par de partidos buenos para que te regalen una portada en el Marca o el As como si llevaras diez años al más alto nivel. Ya saben fútbol es fútbol...
Los mediocres se quedan en lo de siempre, el gol de Platini, pobre de aquellos que la envidia les impidió disfrutar del mejor portero de todos los tiempos. Arconada falló, sí, como todos los grandes en algún momento puntual. Ya lo dijo el ex seleccionador Javier Clemente tras el error de Zubizarreta en el Mundial ante Nigeria: "¿El fallo de Arconada y el de Zubi? Los grandes porteros son aquellos que cantan alguna vez, los malos lo hacen siempre". Genial como siempre un técnico que como Arconada pagó muy caro su filosofía de ir de cara.
Estas líneas con las que comienzo mi blog no son más que un pequeño homenaje a aquel portero genial que un día me robó los sueños, esos que vivía y disfrutaba con él en la portería. Pero ojo, Arconada sólo me robó los sueños con su adiós de los terrenos de juego, ya que su recuerdo hacen que para mí él siga jugando cada domingo. Claro, con permiso de su esposa Carmen y de sus hijos Luis y Nerea, que ya les toca también a ellos disfrutar del uno.
Gracias Luis por enseñarme que como en el abecedario, en el fútbol la primera letra también es la A, la A de Arconada; el más grande, el uno.