sábado, 21 de julio de 2007

Atardecer en la Concha


Atardece en San Sebastián. El sol se va marchando a casa a la espera de un nuevo día mientras que en la playa de la Concha un grupo de niños juega a la pelota hundiendo sus pisadas en la arena con interminables carreras sin importarle que la llegada de la noche casi ni les permita divisar el balón con claridad.
Entre los chavales destaca un joven que juega de portero ataviado con los colores de la Real Sociedad, el equipo de su tierra: un jersey azul con el cuello y los puños blancos.
Mientras que sus compañeros de juego persiguen el balón, en la cada vez más removida arena de la Concha, el joven meta no para de dar órdenes organizando la defensa y dando muestras de su carácter y capacidad de mando, mientras que en su mente transforma la arena de la playa donostiarra en el césped del vetusto Atocha. Pisa casi de puntillas, mimando con cariño el imaginario verde mientras que fija con seguridad y firmeza los guantes sin perder de vista el balón.
La oscuridad obliga casi a poner el punto y final del partido cuando uno de los rivales del guardameta suelta un potente chut que se dirige con firmeza a la imaginaria escuadra de la portería formada por dos partes superiores de un chándal que hacen de postes.
En ese instante el portero da un par de pasos hacia su derecha, y como si con unos gigantes muelles se impulsara, vuela de palo a palo mientras que sus rivales comienzan a levantar los brazos para celebrar el gol. Pero cuando el tanto del empate parece una realidad, aparece la mano salvadora del meta que envía el balón a córner ante la impotencia del delantero rival que viendo la parada del joven portero se arrodilla sobre la arena mientras que se lleva las manos a la cabeza. "No puede ser, esto no es un portero" comenta cabizbajo.
Tenía razón: No era un portero, era Arconada.

jueves, 19 de julio de 2007

Luis, tu padre es el mejor


"He entrado en tu web del 1 y casi me pongo a llorar con tus mensajes en el papel del 1. Todavía no me doy cuenta lo que significa para ti mi padre". Quien firma este mensaje que llegó ayer a mi móvil no es otro que Luis Arconada Lamsfus, o lo que es lo mismo el hijo del gran Luis Arconada.
Luis Jr. no vivió, por su juventud, la grandeza, respeto y admiración que provocaba, y provoca, su padre para todos los que tuvimos la fortuna de verle jugar en directo, para aquellos a los que nos enseñó que el hombre, pese a no tener alas, también puede volar.
El hijo del uno se dedica ahora, al igual que un servidor, a emular las paradas de su padre desde el otro bando, como periodista. Un periodista joven con la fuerza y el carácter que caracteriza a los Arconada Lamsfus, gente noble, gente de esa que escasea y que algunos privilegiados tenemos la fortuna de tener como amigos.
No piensen que por llamarse Arconada lo ha tenido fácil en esta jungla del periodismo. Todo lo contrario, su padre ha querido que se gane el puesto como si de un futbolista se tratara... partido a partido. Tras su paso por varios medios de comunicación: Cope, Radio Universidad de Navarra, Marca, uefa.com, Tele Donosti y Punto Radio, Luis Arconada Jr. regresó hace poco a Tele 5, donde ya estuvo hace unos años y en la que el pasado fin de semana dio un ejemplo de profesionalidad con el maestro Pedro Piqueras como 'padrino' para la ocasión, al entrar en directo desde Francia con una noticia nada fácil. Amigo Luis Jr. felicidades; me sentí muy orgulloso de ti.
El hijo del uno, es un tipo alegre, extrovertido, sencillo y humilde, muy humilde, tanto que no alcanza, pese a que todo el mundo se lo dice, a entender la dimensión de lo que ha sido, es y será su padre, el gran Luis Miguel Arconada Echarri.
Luis tu padre fue el primer ídolo que existió en el fútbol español; en un fútbol donde brillaban los sentimientos a unos colores, los de la Real, y no a otros como ocurre en el fútbol actual, los de los billetes.
El otro día me paré a pensar cuántas camisetas se habrían vendido con el nombre de Arconada y el 1 a la espalda si en el fútbol de los 70 y 80 hubiera primado el marketing tanto como en el fútbol de hoy en día. Su camiseta negra y celeste, o la negra y naranja causaron furor, fue el regalo más solicitado a los reyes magos por todos los que crecimos soñando ser Arconada.
Pero todo eso no fue casualidad amigo Luis. Esa devoción que a ti aún te cuesta entender, fue posible gracias a tu padre, gracias a Luis Arconada, al uno, al pulpo, al Tigre del Igueldo, ese monte inmenso al que se encarama ahora don Luis con su bicicleta como si del mismísimo Miguel Induraín se tratara.
Porque hablar de Luis Arconada es hacerlo de un futbolista serio, un profesional ejemplar, un hombre admirable, un amigo. Pero por si mis palabras no te ayudan a alcanzar la magnitud de lo que significa tu padre para mí y esos millones de niños que crecimos con una camiseta negra y celeste como talismán, te dejo una frase del ex técnico realista John Benjamin Toshack, tras una soberbia actuación de Arconada: "Estaba seguro de la victoria. ¿El motivo? Nosotros teníamos a Arconada".

EN LA FOTO DE IZQ. A DCHA: Luis Arconada hijo, el mítico guardamenta internacional Luis Arconada y el periodista de Marca José Miguel Muñoz, en la Gala organizada por el citado periódico en 1997. Tridente de campeones.

martes, 10 de julio de 2007

¿Politica? No cometamos los mismos errores


Cuando decidí crear este blog sobre el mejor portero de todos los tiempos, lo hice con la idea clara de homenajear de la mejor foma posible a alguien que como don Luis Miguel Arconada Echarri ha sido el referente, en lo personal y en lo deportivo, de infinidad de niños que, como yo, soñaron ser un día como él.
El objetivo de esta página no es otro que el de recordar y homenajear en vida (luego siempre es fácil) a mi amigo Luis, al mejor portero de todos los tiempos, a Dios vestido de guardameta con su inconfundible camiseta negra y celeste y esos guantes que la firma ulhsport le hacía especialmente para él.
Por ello no quiero que esta página se convierta en otra cosa, en mensajes políticos como el firmado por 'erreala fans' en el apartado de comentarios del artículo 'La leyenda de las medias blancas'. Ese no es el camino. La idea es hablar de lo que siempre habló el uno: de fútbol, de su Real del alma, de la selección... huyendo de esas guerras políticas que otros ya intentaron utilizar en su día para intentar acabar con un mito que no hizo más que agrandarse con sus vuelos, con sus paradas y esa profesionalidad de la que siempre hizo gala.
No cometamos los mismos errores de aquellos que quisieron culpar a Arconada de la eliminación de España en el Mundial 82, o de aquellos que intentaron empañar su brillante actuación durante la Eurocopa 84 de Francia por ese gol de Platini que han repetido hasta la saciedad las cadenas de televisión y los periódicos del país.
No caigamos en lo fácil, en lo que harían sus detractores, demostremos los que admiramos a Luis, que aprendimos de esa personalidad que demostraba Arconada en el terreno de juego.
No entremos en lo de siempre porque ya quedó claro que Arconada nunca se negó a llevar la bandera de España como algunos quisieron hacernos creer. De hecho la llevó en infinidad de partidos antes del Mundial. Arconada pidió permiso para jugar con medias blancas en el Mundial 82 disputado en nuestro país, y la Real Federación Española de Fútbol accedió sin problemas, porque no olvidemos que Arconada llevaba el brazalete de capitán con la bandera de España y que en las mangas de su jersey y en los laterales de su pantalón de portero lucía el rojo y amarillo de la bandera nacional.
Respetemos como siempre respetó Luis. Es lo mínimo que se merece alguien que pese a todos los injustos palos que le dieron siempre se mantuvo en silencio desmotrando como siempre decía Arconada que "no merece la pena entrar en esas cosas. Mi forma de rebelarme es en el terreno de juego".
Si Luis lo hizo así ¿porque vamos a cambiarlo todos los que tanto le admiramos? Sigamos su ejemplo